El nacimiento de una lectora
Ella tenía aproximadamente 4 años, era una niña pequeña, de pelo largo y rizado, recogido en una coleta con una goma roja. En el colegio estaban presionándola para que leyera, pero no había manera. No sentía ninguna necesidad de abrir uno de aquellos volúmenes que llenaban las estanterías de la biblioteca del centro donde estudiaba. No entendía por qué necesitaba saber leer. Cada semana la obligaban a llevarse un libro a casa durante el fin de semana, y todos se asombraron cuando empezó a aceptarlo. Tras esta oración muchos creeréis que la niña comenzó a apasionarse aquí por la lectura. Siento deciros que estáis muy lejos de la realidad. Cuando se dieron cuenta de que ella solo escogía libros cuya totalidad eran dibujos, todos se enfadaron con ella.
No fué hasta un par de años después cuando ella descubrió al fin la lectura. Abrió por fin los ojos a un nuevo mundo, lleno de posibilidades, mundos por descubrir, y nuevos amigos. Desde ese momento era ella la que pedía ir a la biblioteca y librerías para recorrer sus estanterías de arriba a abajo.
Ahora todo el mundo la visualiza siempre con un libro entre las manos, ya que es muy fácil verla ahí, sentada en su silla, con la cabecita de cabellera rizosa dentro de un nuevo mundo.
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